La dulzura de su voz es recordada en los clásicos de Mecano (‘Cruz de navajas’, ‘Maquillaje’, ‘Me cuesta tanto olvidarte’ o ‘El 7 de septiembre’, por nombrar solo algunos) y en éxitos como ‘Duele el amor’ con Aleks Syntek. Esa misma voz ayudó a que el trío español vendiera una cifra impresionante de álbumes, que —según la fuente consultada— puede estar entre los 10 y los 25 millones de copias en Europa y América Latina.
En las últimas décadas, ha mantenido una carrera sólida, manteniendo vivo el legado de Mecano, lanzando nuevos discos, y colaborando con figuras como Miguel Bosé, Nicole, Alaska, Beto Cuevas o Siddhartha.
A finales de marzo, Ana Torroja publicó una fotografía en sus redes sociales, aparecía acompañada por un grupo de reconocidos productores, y en texto decía: “Algo se está cocinando…”. Fue su forma de anunciarnos tímidamente que se encuentra trabajando en un nuevo álbum que seguramente verá la luz a comienzos de 2026.
Más allá de si te consideras una cantante de pop o no, ¿cómo entiendes el concepto de pop, como un estilo musical o —desde una mirada sociológica— como algo masivo y popular? ¿Qué es para ti el pop o lo pop?
Es que depende, fíjate, porque cuando nació la palabra ‘pop’, era más un estilo musical, ¿no? Los Rolling serían más rock, y los Beatles serían más pop, por decirlo así. Pero, me acuerdo que, cuando vinimos a este lado del mundo la primera vez, pop lo definían como música popular. Y yo entendía la música popular más como música de raíz, ¿no?
Más folclor.
Exacto, más folclor. Entonces, para mí sería un estilo musical, pero también en su momento algo social, y sobre todo en España, porque fue como en los 80. Fue una nueva generación musical de un tipo de música que en español no se había hecho hasta entonces. Se había hecho en Inglaterra más que en Estados Unidos, pero no en español, entonces, también fue el comienzo de un estilo musical. Pero, yo creo que va un poco junto. En ese caso estaba pensando que van un poco juntos social y musicalmente hablando, porque fue un momento creativo en España y que luego se trasladó a este lado del mundo unos años más tarde, muy importante, y de donde hoy todavía siguen bebiendo las nuevas generaciones.

Ahora que le das esa mirada a la idea de pop, fuiste testigo de unos cambios enormes en tu país, y, de alguna manera, esa consciencia sociopolítica la encontraba uno en ciertas canciones de Mecano. ¿Qué perspectiva tienes ante la relación entre esas transformaciones sociopolíticas y el trabajo de un artista?
Yo creo que depende mucho del momento sociopolítico, como dices tú, que se esté viviendo, y ese momento era muy importante porque acabábamos de salir de muchos años de una dictadura, hacia la democracia. Y fue un momento de libertad de expresión, y hoy en día parece que estamos retrocediendo. Yo siento, por lo que yo viví, que cada vez se ponen más límites, más fronteras, más reglas, está todo como superregulado, y eso a mí me ahoga, honestamente no me gusta. En aquella época, después de haber estado tan oprimidos durante mucho tiempo, había una necesidad de hablar de cosas que habían sido tabú durante años, como las drogas, la homosexualidad, un poquito más adelante el SIDA, cuando apareció como “enfermedad oficial”. Y cuando fue necesario, lo hicimos, hicimos eco de esas cosas que habían estado reprimidas durante mucho tiempo; se intentaba naturalizar una realidad que había estado escondida mucho tiempo, ¿no?
Ana, ¿cuál es tu perspectiva frente a la música que se hace actualmente en Iberoamérica y el papel de las mujeres en ese panorama?
Uy, me parece muy importante. No solo en Iberoamérica, pero es verdad que aquí la mujer está teniendo un peso muy importante que no existía cuando yo arranqué, o cuando nosotros arrancamos en los 80. De hecho, eso lo he contado en bastantes ocasiones, pero nos decían que las mujeres no vendían, eso nos decían en las discográficas. Y ahora tú ves los charts y si no están por encima, está bastante equilibrado, sobre todo en la música latina.
Iberoamérica está teniendo un peso muy importante en la música. Colombia es un gran hervidero de artistas, de buenos artistas, mucha música, y eso está traspasando al otro lado del mundo, y también hacia el norte, hacia Europa. Antes era impensable que uno pudiera estar en los Grammy cantando en español, y ahora esa retroalimentación está siendo muy interesante para la música. Antes no era tan habitual que la música latinoamericana traspasara, sí veníamos de aquí para allá, pero de acá para España era más complicado. A mí me encanta ver que eso ya ha cambiado también, y que cada vez se escucha más música de aquí allí, ahora hay un equilibrio.
Creo que estamos viviendo un momento muy interesante, creo que la mujer está teniendo un peso increíble, hay mucho talento femenino, y están también denunciando, las que sienten que así lo deben hacer, problemas sociopolíticos, si es que así se requiere.
¿Qué representa para ti el legado de Mecano, como ser humano y como profesional de la música?
Pues te diría que, tratando de verlo con perspectiva y desde fuera, yo creo que Mecano es y ha sido uno de los grupos más importantes de la música en español, de donde beben y se inspiran hoy en día muchos artistas todavía.
Lo increíble de Mecano es que esas canciones sí son un legado, como has dicho tú, son canciones que se han ido heredando generación tras generación. Cuando hago conciertos, viene toda la familia, viene desde la abuela hasta el nieto. Son canciones —muchas de ellas, no todas— que han envejecido, no, ni siquiera te diría que han envejecido, están vivas hoy en día y el paso del tiempo no les ha hecho mella, al contrario, les ha dado más peso y las ha hecho más importantes. Porque es verdad que en aquella época, como hablábamos antes, denunciábamos cosas sociopolíticas, más sociales que políticas, pero son cosas que hoy en día todavía hay que seguir hablando de ellas, como las drogas, como el SIDA, como la homosexualidad.

‘Mujer contra mujer’ tiene 30 años, y es necesario seguir hablando de eso.
Sí, nunca la he dejado de cantar; hay canciones que nunca he dejado de cantar en mis conciertos, primero, porque me siguen emocionando y me gusta cantarlas, pero, en concreto esta, es increíble, ¿no? Después de 30 años que ya puede tener esta canción. Hay que seguir cantándola alto y fuerte.
Hay, por ejemplo, una cosa bonita que ocurre y es que, cuando acaban los conciertos, a veces vienen fans a verme, sobre todo mujeres, fíjate, vienen chicas jóvenes a darnos las gracias por esta canción, porque les ha ayudado a hacer frente o, cómo te diría yo, a salir al mundo con la cabeza alta y con dignidad. Luego te encuentras gente que eso no lo respeta todavía, por eso hay que seguir cantándola fuerte y alto. Sí que es verdad que el legado es muy importante, pero sobre todo porque todavía es actual, lo que se dijo en aquel momento, todavía es actual. Yo recuerdo en un auditorio que hice a raíz de Conexión; canté esa canción con María León y al final nos dimos un beso. La noticia fue el beso, ¿no? Y entonces yo decía: “Ojalá llegue un día en que un beso entre dos mujeres no sea noticia”.
“Yo siento, por lo que yo viví, que cada vez se ponen más límites, más fronteras, más reglas, está todo como súper regulado, y eso a mí me ahoga”.
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