Publicar un álbum doble, con 22 canciones en total, en 2025 podría parecer una locura para algunos, sin embargo, para Rigoberta Bandini fue el resultado de casi tres años de descanso del ojo público en los que la composición le sirvió como una herramienta para reconectar consigo misma. “Para mí componer es bastante terapéutico y fui notando que todavía tenía muchas cosas que contar”, explica Paula Ribó, el nombre de pila de quién está detrás de este proyecto musical.
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Era 2022 y Ribó tenía la atención de todo un país sobre ella tras haber participado en el Benidorm Fest, donde quedó en segundo lugar. Su canción ‘Ay mamá’ resonaba en todas partes y había agotado varias fechas de su Rigotour, pero una vez finalizó la gira, materializó su promesa de retirarse temporalmente de los escenarios. “La verdad es que estoy un poquito hasta el coño de las cosas, ya no puedo más”, dijo en La Resistencia por aquel entonces. Pero mientras descansaba de la vorágine, continuó trabajando en uno que otro proyecto, incluyendo las canciones que más adelante formarían parte de Jesucrista Superstar, trabajo que presentó en marzo pasado.
“Fui armando este álbum sin ninguna prisa, sin ningún deadline, que ha sido bastante la clave para poder llegar a un trabajo del cual me siento muy satisfecha”, afirma para ROLLING STONE en Español. Parte de su motivación para publicar un nuevo LP es que si bien hace tres años había presentado La emperatriz, más que ser un disco planeado desde un inicio, fue una recopilación de los temas que ya había compartido en el pasado y uno que otro inédito. En cambio el proceso de Jesucrista Superstar, aunque surgió de forma espontánea, fue tomando una forma más sólida en el camino gracias a dos búsquedas simultáneas: “La búsqueda de temas y la de una coherencia interna entre ellos”.
El título es llamativo y aunque por este podría pensarse que guarda estrecha relación con el famoso musical Jesucristo Superstar, lo cierto es que Bandini le dio su propio significado. “Me apareció este título y al principio me enamoré de su estética. Me pareció muy atractivo y después vi un poco la dualidad que tiene la parte de ‘Jesucrista’ –más introspectiva, más espiritual, más íntima– y la parte ‘Superstar’ –más popstar, expuesta, pavo real”, explica. “La dualidad como tal ha sido un concepto que lo hemos tenido en cuenta en toda la estética. Encontrar eso fue encontrar el tesoro que necesitaba”.
El disco, quizás en parte por su extensión, conserva su eclecticismo ya que hay momentos como ‘Star’, ‘Enamorados’ o ‘Amore Amore Amore’ que poseen un sonido más vintage, pero luego hay otros que suenan más modernos como ‘KAIMAN’ y ‘Pamela Anderson’. De acuerdo con la cantante, esta elección sonora partió de su “obsesión” con querer incluir instrumentos acústicos que fueran tocados en vivo en el estudio, un poco para crear una distancia entre su disco anterior y este, pero a medida que fue avanzando se dio cuenta de que todavía se sentía identificada con lo electrónico. No obstante, sí se puede percibir un hilo conductor en su forma de interpretar las canciones gracias a la teatralidad, la ironía y el juego de voces presentes en cortes como ‘Todas tienen ganas de jaleo’ –su colaboración con Juliana Gattas de Miranda!– y ‘Si muriera mañana’.
“Con mi voz también he experimentado todos los sonidos que me daba. No he tenido ningún miedo a buscar personajes”, comenta. “Siento que forma parte de este monstruo que es Jesucrista Superstar, que ahora ya me parece como una mujer monstruosa pero bella. Bueno, hay muchas ‘Jesucristas’, pero sí que había una parte que la veía como muy juguetona y en el estudio he probado muchas voces, he probado muchas maneras de cantar, de interpretar”.
El álbum es pintoresco desde su nombre, su estética y sus letras, hasta los propios títulos de las canciones como ‘Simpática pero problemática’, ‘Busco un centro de gravedad permanente’, ‘La pulga en el sofá’, ‘Los milagros nunca ocurren al salir de un after’ y ‘Spaguettis al sol’. Estas dos últimas son de las más destacadas de todo el trabajo. La primera es una balada sin más adorno que un sintetizador, un clavecín y unos coros, y en la que Rigoberta Bandini quiso hablar, en tono de realismo mágico, sobre una chica que salía triste de una fiesta. “La disfruté mucho”, cuenta. “Para mí sí que tiene algo muy teatral. Es casi una tragedia griega. Me encantaba el contraste de esta cosa tan clásica de la canción con ese sintetizador que te toca en el esternón, y con el hecho de que la protagonista esté saliendo de un after. Se juntaban allí imágenes que me parecían muy interesantes”.
Por su parte, ‘Spaguettis al sol’ es una suerte de bossa nova surf que funciona como interludio, aunque la cantante no la concibió de esta manera. Según explica, se trata de “una especie de haiku” que quería incluir para que sirviera como un momento de relajación entre el grueso del disco. Bandini la describe como una “canción simple, pero con un mensaje muy bello”.
Luego de haberle entregado Jesucrista Superstar al mundo, Ribó dice sentirse muy satisfecha con el resultado, especialmente por haber podido hacer el álbum que quería bajo sus propios tiempos y reglas. El descanso que se tomó, aunque arriesgado, le permitió reconectar con su vida, con su tranquilidad y con el disfrute del oficio de ser artista, y gracias a esto es que acaba de embarcarse en una nueva gira cargada de teatralidad –para hacerle justicia al LP– y, sobre todo, que ha sido planeada con “más distancia y precisión”. “Yo pienso que una de las cosas más bonitas de tener éxito como artista es poder darte estas pausas, porque te permiten volver a acordarte de por qué lo hacías”, asegura. “Cuando estás en piloto automático, a veces no lo saboreas de la misma manera. Entonces yo, si siempre me puedo permitir el privilegio de volver a conectar conmigo misma, pues lo haré”.
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